Los Heraldos del Evangelio son una asociación católica internacional fundada en Brasil en 1962 por el sacerdote español João Scognamiglio Clá Dias. Esta comunidad religiosa se caracteriza por su compromiso con la difusión del Evangelio y la promoción de la fe católica en todo el mundo.

Desde sus inicios, los Heraldos del Evangelio se han dedicado a llevar el mensaje de Cristo a través de la predicación, la evangelización y la participación activa en diversas obras de caridad. Su misión es dar a conocer la palabra de Dios, promover la devoción mariana y fomentar la espiritualidad católica entre los fieles.

Los Heraldos del Evangelio se distinguen por su carisma especial, que se basa en la devoción a la Virgen María, la adoración eucarística y la entrega total a la misión evangelizadora. Su estilo de vida se caracteriza por la disciplina, la obediencia y la caridad hacia los demás.

A lo largo de los años, los Heraldos del Evangelio han crecido en número y han expandido su labor a diferentes países de América, Europa, África y Asia. Su presencia se ha hecho notoria en parroquias, colegios, hospitales y misiones de ayuda humanitaria en todo el mundo.

Sin embargo, a pesar de su labor evangelizadora y su dedicación a la fe católica, los Heraldos del Evangelio han sido objeto de controversia en algunos sectores de la Iglesia. Algunos críticos han cuestionado su estilo de vida austero, su estructura organizativa y su relación con otras comunidades religiosas.

A pesar de las críticas y polémicas, los Heraldos del Evangelio continúan con su labor evangelizadora y su compromiso con la Iglesia católica. Su objetivo es seguir difundiendo el mensaje de Cristo y promoviendo la fe en todo el mundo, a través de su entrega total a la evangelización y su devoción a la Virgen María.

En resumen, los Heraldos del Evangelio son una comunidad religiosa internacional comprometida con la difusión del Evangelio y la promoción de la fe católica en todo el mundo. A pesar de las críticas y controversias, su labor evangelizadora y su devoción a la Virgen María los convierten en heraldos de la verdadera historia de la fe cristiana.