La Virgen de Fátima es una figura muy importante dentro de la religión católica, especialmente en Portugal, donde se encuentra el santuario dedicado a ella. Su historia se remonta al año 1917, cuando tres niños, Lucía dos Santos y sus primos Jacinta y Francisco Marto, afirmaron haber presenciado varias apariciones de la Virgen María en la localidad de Fátima.
Según la tradición católica, la Virgen de Fátima se apareció a los niños en seis ocasiones entre mayo y octubre de 1917. En sus mensajes, la Virgen les habló sobre la importancia de la oración, la penitencia y la conversión, así como sobre la necesidad de rezar el rosario. Además, les reveló tres secretos, conocidos como los “secretos de Fátima”, que hablaban sobre eventos futuros y la importancia de la fe.
Estas apariciones pronto atrajeron la atención de miles de personas, que comenzaron a acudir al lugar en busca de milagros y favores divinos. La última aparición, el 13 de octubre de 1917, tuvo lugar ante una multitud de más de 70,000 personas, que presenciaron un evento conocido como “el milagro del sol”, en el que el sol pareció moverse y bailar en el cielo.
La Virgen de Fátima se ha convertido en una de las advocaciones marianas más populares en todo el mundo, y su santuario en Fátima es visitado por millones de peregrinos cada año. En el lugar se encuentra la Capilla de las Apariciones, construida en el mismo lugar donde se apareció la Virgen a los niños, así como la Basílica de Fátima, donde se encuentran los restos de los dos primos, Jacinta y Francisco Marto, que fueron canonizados por el Papa Francisco en 2017.
La devoción a la Virgen de Fátima sigue viva en la actualidad, y sus mensajes de amor, paz y esperanza continúan resonando en los corazones de los fieles. La historia de la Virgen de Fátima es un recordatorio de la importancia de la fe y la oración en tiempos difíciles, y su santuario en Portugal es un lugar de encuentro y reflexión para todos aquellos que buscan consuelo y protección bajo su manto.