El Escapulario del Carmen es una devoción mariana muy popular en la Iglesia católica que ha sido adoptada por millones de fieles en todo el mundo. Este sacramental consiste en dos pequeñas piezas de tela unidas por una cuerda o cadena, que se cuelgan alrededor del cuello como una especie de collar.
La tradición de usar el Escapulario del Carmen se remonta al siglo XIII, cuando la Santísima Virgen María se apareció al santo Simón Stock, superior de la Orden de los Carmelitas, y le entregó esta devoción como signo de protección y salvación. Según la leyenda, la Virgen prometió que aquellos que murieran con el Escapulario del Carmen puesto no sufrirían el fuego del infierno, sino que serían llevados al cielo antes del sábado siguiente a su muerte.
Esta promesa ha dado lugar a una gran devoción por parte de los fieles católicos, que consideran el Escapulario del Carmen como un símbolo de la protección maternal de la Virgen María. Muchos lo llevan con orgullo como muestra de su amor y devoción a la Madre de Dios, confiando en su intercesión para alcanzar la gracia de una buena muerte y la salvación eterna.
El Escapulario del Carmen se ha convertido en un símbolo icónico de la devoción mariana, siendo usado por personas de todas las edades y condiciones, desde niños hasta ancianos, de todas las partes del mundo. Además, ha sido aprobado y recomendado por varios Papas a lo largo de la historia, quienes han elogiado su poderosa protección y han alentado a los fieles a usarlo como medio de santificación y protección espiritual.
En resumen, el Escapulario del Carmen es una devoción mariana profundamente arraigada en la tradición católica, que ha sido fuente de consuelo y esperanza para millones de fieles a lo largo de los siglos. Como signo de la protección maternal de la Virgen María, este sacramental sigue siendo una poderosa herramienta de gracia y una expresión viva de la fe y el amor de los católicos hacia la Madre de Dios.